
Una mirada profunda al bienestar emocional desde la ciencia
Cada mes de mayo, el Mes de la Salud Mental nos invita a reflexionar sobre el estado emocional de la sociedad y cómo este influye en todos los aspectos de la vida. Para quienes trabajamos en el desarrollo de soluciones de salud, este momento es clave para detenernos y escuchar: ¿qué necesitan realmente las personas para sentirse mejor? ¿Cómo podemos aportar valor desde la formulación?
En este artículo abordamos tres ejes fundamentales del malestar emocional actual: el estrés, la ansiedad y el sueño.
🧠 Estrés: un estado crónico que exige nuevas respuestas
El estrés crónico ha dejado de ser una respuesta puntual y se ha convertido en una condición persistente que afecta a millones de personas. Según datos globales recientes, hasta un 35% de la población adulta reporta niveles altos de estrés percibido (Sibley et al., 2021).
Este estado prolongado altera el funcionamiento del sistema nervioso autónomo y activa de forma continua el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HPA), elevando los niveles de cortisol y contribuyendo a desequilibrios metabólicos, inmunitarios y emocionales (McEwen, 2007). Comprender estos mecanismos permite orientar estrategias de intervención más precisas desde la nutrición y la fitoterapia.
🧠 Ansiedad: el ruido mental que no siempre se ve
Los trastornos de ansiedad afectan a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo el grupo de trastornos mentales más común globalmente (GBD 2019). Aunque sus síntomas pueden ser invisibles, sus consecuencias son profundas: reducción del foco cognitivo, alteraciones fisiológicas y deterioro de la calidad de vida.
A nivel neurobiológico, la ansiedad está vinculada a una hiperactividad de la amígdala, disminución de la neurotransmisión GABAérgica y disfunciones en la modulación serotoninérgica (Ressler & Nemeroff, 2000). Esta comprensión abre el camino a formulaciones que busquen equilibrio emocional sin efectos adversos sedantes.
🧠 Sueño: el regulador olvidado del bienestar mental
La privación de sueño o el insomnio afecta al 10-30% de la población general, según estudios epidemiológicos globales (Bhaskar et al., 2016). Este problema no solo reduce el rendimiento diario, sino que incrementa el riesgo de trastornos del estado de ánimo, ansiedad e incluso deterioro cognitivo a largo plazo.
El sueño profundo regula procesos clave como la neuroplasticidad, la limpieza de metabolitos neurotóxicos (a través del sistema glinfático) y la consolidación de la memoria emocional (Xie et al., 2013). Incorporar el sueño como una dimensión fundamental en la formulación es hoy una prioridad científica y de salud pública.
🔬 Ciencia aplicada: nuestro compromiso como partners de formulación
En Pharmactive, llevamos años investigando la relación entre salud mental, neurobiología y fitoterapia clínica. Esta experiencia nos ha permitido desarrollar soluciones como Affron®, un extracto de azafrán estandarizado y respaldado por más de 10 estudios clínicos en humanos, enfocados en áreas como estado de ánimo, estrés y calidad del sueño.
Por ejemplo, un estudio reciente en mujeres perimenopáusicas demostró que 12 semanas de suplementación con Affron® redujeron significativamente el bajo estado de ánimo y el estrés ocasional, sin efectos hormonales adversos (Lopresti et al., 2022).
Más allá del ingrediente, nuestra labor como partners de formulación se basa en aportar conocimiento, evidencia y una visión más humana de la innovación en salud mental. Porque entender primero es la mejor forma de formular con propósito.
📚 REFERENCIAS
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Sibley CG, et al. PLoS One. 2021;16(10):e0257059.
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McEwen BS. Eur J Pharmacol. 2008;583(2-3):174–85.
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Institute for Health Metrics and Evaluation. GBD 2019. Lancet. 2020;396(10258):1204–1222.
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Ressler KJ, Nemeroff CB. Depress Anxiety. 2000;12 Suppl 1:2–19.
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Bhaskar S, et al. J Fam Med Prim Care. 2016;5(4):780–784.
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Xie L, et al. Science. 2013;342(6156):373–377.
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Lopresti AL, Smith SJ. J Menopausal Med. 2022;28(3):145–152.